miércoles, 14 de marzo de 2018

HA MUERTO UN REPRESOR

Ha muerto el General de la Nación, Luciano Benjamín Menéndez, uno de los represores de las bandas terroristas cosmopolitas y ateas, que cuatro décadas atrás asolaron nuestra Patria, sembrando la muerte por doquier.

Hoy ha muerto uno de los Generales de la Nación a quien le debemos dar gracias, por no estar sometidos a una dictadura castro comunista.

Los H.I.J.O.S. de los criminales terroristas festejan, y como padeciendo el “Síndrome de Estocolmo”, se abrazan a ellos, gays y lesbianas. Gays y lesbianas que ignoran el tratamiento que daban el amado “Che” Guevara y Fidel a los homosexuales.

H.I.J.O.S. Capital
@hijos_capital


H.I.J.O.S. que, sin vergüenza, gozan de los beneficio$$$$ de ser descendientes de criminales

El zurdaje festeja abrazado a esos idiotas útiles, gritando contra el capitalismo, compartiendo la “exquisita” gaseosa de los yanquis, mezclada con fernet, luciendo sus remeras, unos con la bandera del pirata inglés y otros con la imagen del cobarde “no me maten que valgo más vivo que muerto”.



Y mientras ellos festejan, a mí me embarga la tristeza.

El General de la Nación, Luciano Benjamín Menéndez ha muerto creo, que, por un proceso natural del paso de los años, algo que uno acepta con resignación cristiana.

Lo que cuesta aceptar, es que no reciba los honores correspondientes a los méritos ganados en su lucha contra los enemigos de la Patria.

Lo que cuesta aceptar, y me llena de bronca, es que, él, como tantos otros, mueran en injusta prisión, mientras tanto, son muchos los “inocentes” y cobardes camaradas que evitan comprometerse, para no quedar “pegados”.

Por otro lado, al pueblo que hoy goza de las mieles de la libertad, le quieren hacer creer que el padre de la democracia se apellida Alfonsín y que hoy podemos votar, gracias a los “jóvenes idealistas”.

¡¡¡Mentira!!!

Hoy podemos votar (y elegir al rufián que nos va a explotar) porque nuestras fuerzas armadas impidieron que esos estúpidos imberbes, manejados por ideólogos castro comunistas, tomaran el poder por las armas y nos sometieran al yugo de una dictadura marxista.

Pero lástima que ya no están en el gobierno nuestras Fuerzas Armadas, y hoy la inseguridad se pasea por las calles de cualquier barrio.

Inseguridad que lleva del brazo a jueces garantistas que tienen la custodia que no tiene el ciudadano de a pie.

A mí, por los años, me tiembla el pulso. Si tuviera cincuenta años menos, creo que habría empuñado un arma y haciendo justicia por mano propia, le pegaría un tiro en la cabeza a cada uno de esos jueces prevaricadores y corruptos.


A mí, por los años, me tiembla el pulso. Si tuviera cincuenta años menos, creo que habría empuñado un arma y haciendo justicia por mano propia, le pegaría un tiro en la cabeza a cada uno de estos mercaderes de la muerte que lucran con la sangre derramada.


 http://siemprenoticias.com/jueces-garantistas/
Pero gracias a Dios, soy demasiado viejo y me tiembla bastante el pulso.

Gracias a Dios no soy un asesino.

General de la Nación Luciano Benjamín Menéndez, usted ha recuperado su libertad.

Ha llegado a la Casa del Padre.

Descanse en paz.


Orlando Agustín Gauna Bracamonte


lunes, 5 de marzo de 2018

DESPEDIDA AL “CACHORRO”, UN VERDADERO SOLDADO


El jueves 01 de marzo de 2018 a las 10:00 horas, se procedió al sepelio en el cementerio de Olivos del señor General de División del Ejército Argentino, Luciano Benjamín Menéndez. 

Un verdadero SOLDADO, respetado por sus camaradas y odiados por los enemigos de la Patria, esos que el venció en la más cruel de las guerras –la que se desarrolla entre hermanos de una misma nación–.

En estos días el periodismo y políticos progresistas no se cansan de adjetivar la figura de este SOLDADO, con los epítetos más insultantes: represor, genocida, asesino, etc. Sus camaradas reconocen en él a un verdadero conductor de su tropa que supo cumplir las órdenes emanadas de los más altos niveles de la conducción del estado desde los años 1975 a 1979, desde su cargo como Comandante del III° Cuerpo de Ejército con sede en Córdoba y área de responsabilidad en 10 provincias. Esas órdenes fueron impartidas durante el gobierno democrático del partido Justicialista, siendo la presidente de la Nación la señora María Estela Martínez de Perón (a) Isabelita y continuadas por el último gobierno de facto de nuestra república, conocido como Proceso de Reorganización Nacional.

Como dice el Mayor (R) Jorge Gustavo Taboada, en su nota de abajo, “Con el diario del lunes somos todos sabios…”, la historia no se puede redactar fuera de contexto. Esa época signada por una extrema violencia desatada por las organizaciones terroristas: Ejército Guerrillero del Pueblo, ERP, Montoneros, FAR, FAL, etc. exigía medidas extremas para salvar al país de una agresión comunista apoyada por las U.R.S.S. sus países satélites y especialmente Cuba… ellos tenían como objetivo atacar a Estados Unidos de América, ingresando por su patio trasero: Latinoamérica.

La sociedad argentina exigía diariamente a la clase política e instituciones del estado acabar con esas organizaciones terroristas que atacaban tanto objetivos civiles como militares, sin discriminar entre ellos.

Las Fuerzas Armadas recibieron esa responsabilidad y debieron enfrentar un conflicto bélico para el que no se habían capacitado: la guerra revolucionaria.

A falta de una doctrina propia se adoptaron las recomendaciones proporcionadas por la Escuela de las Américas y la experiencia de Francia en la guerra de Argelia. Pero el peor error fue combatir al enemigo con sus propias tácticas de combate revolucionario, mimetizándose con la población civil y utilizando los medios más rápidos para obtener la inteligencia necesaria que permitiera impedir atentados, mayor violencia y asesinatos indiscriminados por parte de los terroristas. Esa táctica de combate posibilitó aniquilar el accionar de las organizaciones subversivas en el menor tiempo posible, en un plazo de 3 años el objetivo estaba asegurado y se había evitado la toma del poder del estado para instalar una dictadura foránea y que provocaría más de un millón de muertos como presagiaban los líderes terroristas.

Despedimos al señor General de División Luciano Benjamín Menéndez, a quien nunca se le conocieron ambiciones políticas y actos deshonestos… simplemente cumplió la misión asignada por sus superiores y como lo demuestran sus declaraciones en los llamados mal “juicios de lesa humanidad” llamó la atención por su entereza, defensa y lealtad hacia subordinados.

En esos juicios amañados en más de una oportunidad declaró que él era el único responsable de todo lo que ocurrió en su área de responsabilidad, no así sus subordinados, y todo se hacía con su conocimiento y siguiendo sus órdenes. ¿Qué más se le puede pedir a un SOLDADO?
         

DESCANSE EN PAZ GENERAL MENÉNDEZ




Ninguno de los actores de los 70, excepto el enemigo terrorista, tenía experiencia en ese tipo de guerra revolucionaria, ni siquiera las FF.AA. que para colmo se nutrían de la doctrina estadounidense y francesa. Era nuevo para los políticos que como buenos argentinos se sacaron el sayo y se lo pusieron a las FF.AA., desentendiéndose. 

Las FF.AA. cumplieron con la orden que le impartió el poder político y la sociedad argentina que fue la agredida. Sin el apoyo de la sociedad Argentina no se hubiera triunfado con las armas. Fue mucho el peso y está HIPÓCRITA sociedad se desentendió responsabilizando de todo a sus soldados. Con el diario del lunes somos todos sabios pero son solamente soldados los que van presos. Ni terroristas, Ni políticos. Oscuro futuro el que se avecina en esta sociedad que anuló y bastardeo a los que ofrendaron su vida en su defensa y que rápidamente se desentiende de todo. Quizás tengamos lo que nos merecemos.

Jorge Gustavo Taboada
Mayor (R)
DNI 13.505.770

Centro de Estudios Salta


domingo, 4 de marzo de 2018

ADIÓS, LUCIANO


Este mensaje fue escrito por un joven estudiante de derecho (de poco mas de 20 años) que una vez por semana visita los presos políticos, que no tiene militares en su familia y tampoco tiene amigos en Fuerza alguna. 

A través del contacto con la "historia" por su carrera, comenzó a interesarse por la "verdadera historia", y así, llegó a tener la valentía de ingresar a las cárceles para tomar contacto con la "historia viviente" de los presos políticos... para no dejar de visitarlos y acompañarlos y llevar a otros compañeros de facultad, para que conozcan la mentira de lo que pregonan los zurdos profesores de la universidad.

No está "perdida" nuestra juventud!!! 
Todavía quedan jóvenes maravillosos de verdad!!!
Por eso, retransmito sus palabras.
Un fraterno abrazo a todos.
LAQ

****

Se nos fue Luciano. Como joven que soy quiero escribirle algo en su honor, creo que es lo menos que se merece. Lo conocí personalmente justo el día de su cumpleaños, había escuchado tantas cosas de usted que ese día realmente estaba nervioso. Apenas entre en su casa usted, fiel a su sabiduría comenzó hablarme, respetándome y enseñándome en todo momento. 


General, intento que no se me caiga una lágrima al escribir esto, aunque admito que se me hace difícil. 

Siempre me dijeron que a los soldados no se los llora, sino que se los debe honrar. Que el llanto es algo que sólo se reserva para sus familiares y seres más cercanos; por ello, lo que intento hacer con esto, es honrarlo. 

Sus familiares hoy estuvieron ahí para despedirlo. Nosotros, jóvenes, compatriotas y hasta camaradas de usted, lo que debemos hacer es alzar el ejemplo de su valiente vida, de sus valores y su amor profundo por esta patria. Nosotros, los que quedamos, debemos honrarlo para que su vida y su memoria no quede en el olvido. 

Su vida no fue en vano, eso se lo aseguro General.

Usted muere con el uniforme puesto, vestirlo lo puede vestir cualquiera, incluso los traidores. Pero llevarlo más allá de una prenda, sólo lo llevan y lo honran pocas personas. Ese uniforme que vistió Belgrano y San Martín y que, como ellos, a usted le toca morir escondido. Quizás eso sea una cosa más del destino de las grandes personas de esta patria.

Usted se fue como sólo un gran soldado puede irse. Se fue defendiendo la única causa que es común a todos, se fue defendiendo nuestra amada patria y se fue en silencio. 

Quisieron quebrarlo y no pudieron. Este joven que le escribe le agradece porque aquellas personas que mueren defendiendo sus ideales hasta las últimas consecuencias son quienes nos dejan a nosotros una causa por la que luchar y a la cual defender.

La tarea que hoy tenemos tanto jóvenes como sus compañeros de armas y de Fuerza, es rescatar esos valores que alguna vez nos hicieron grandes y que usted bien representaba: honor, vocación, respeto y sobre todo, amor a la patria. Incluso en tiempos de paz, los soldados de su generación saben que se corren grandes riesgos, más cuando aquellos que fueron vencidos en el campo de batalla se volcaron al campo de la política. Sus subalternos y camaradas lo saben. 

Extiendo mis condolencias a sus familiares más cercanos, los cuales seguramente sufren el no poder despedirlo con los honores que se merece una persona como usted. Pero como dije, quizás ese sea el destino de las grandes personas de esta patria y es por ello que a todos los que suscriban a estas palabras no nos queda más que acompañarlos en este momento de luto. 

No, no es necesario que organicemos una marcha ni una huelga ni que hagamos de esto un circo, como nos tienen acostumbrados aquellos grupos que se hacen llamar “defensores de los derechos humanos”

Porque como dice una imagen que vi por ahí, “Morir por la patria, es vivir para siempre” y creo que eso están haciendo todos aquellos que hoy sufren la persecución de los grupos que fueron derrotados en el campo militar. 

Usted con el cumplimiento de su deber militar que le tocó vivir, se ha inmortalizado en mi corazón y en mi memoria.

Solo puedo terminar con un ¡VIVA LA PATRIA!

Y recordar lo que me dijo aquella vez en su casa…

-“Nahuel, no seas nacionalista; más bien procura ser patriota”

Nahuel Sotelo



sábado, 3 de marzo de 2018

HA LLEGADO PARA USTED LA JUSTICIA DIVINA. QUE DESCANSE EN PAZ, GENERAL

Más de 27 años estuvo privado de su libertad, sin embargo, a los 90 años, murió con las botas puestas y la frente en alto, asumiendo la responsabilidad del accionar de su tropa, y convencido de haber defendido a la Patria con lealtad.

Por Luz García Hamilton

Podrán estar de acuerdo o no con su accionar, pero el General Luciano Benjamín Menéndez ha sido uno de los Comandantes más importantes de la historia reciente. Como ciudadana siento la obligación y el deber, de despedir hoy a un “soldado de la Patria”

He tenido el privilegio de conocer al General Luciano Benjamín Menéndez, cuando él ya estaba preso, y de haber asistido a los juicios en los que fue juzgado en mi provincia, Tucumán. Me impresionó siempre su porte hidalgo, su mirar de frente, su hablar sin titubeos. El trato cortes y la firmeza en sus conceptos, hicieron que, a medida que lo conocía, admirara su convicción y su temple. Les repito, puede gustarles o no… pueden tener hacia él los más diversos sentimientos, pero nadie podrá negar jamás, que ha sido uno de los Comandantes más importantes de la historia argentina y que en cada una de las decenas de juicios por las que desfiló imperturbable y seguro, se hizo cargo del accionar de su tropa y asumió la responsabilidad que le cabía, eso sí, con el convencimiento de haber cumplido con su deber, de haber defendido a la Patria.

Pasó años, SI, AÑOS, sentándose ante diferentes Tribunales, escuchando a los cientos o miles de testigos, con hartazgo, con impotencia, pero con respeto siempre. Estaba seguro de que en Argentina hubo una “guerra revolucionaria” y jamás se arrepintió de haber defendido a su país, a su Patria, del comunismo. Cada vez que le tocó hacer uso de la palabra, fue escueto y terminante al decir que desconocía a ese tribunal de turno y que él sólo hablaba ante Tribunales militares. “No voy a declarar porque estos juicios son inconstitucionales (…) Soy el único responsable de lo actuado por mi tropa”, manifestaba seguro y agregaba “No quiero prestarme al juego de los terroristas que ayer colocaban bombas” y hoy persiguen “sus oscuros intereses” bajo “el manto de la legalidad”.

El paso de los años se evidenciaba en su andar pausado, pero jamás hizo gala de sus achaques ni de sus dolores, “un soldado no se queja”, repetía, “un soldado jamás da lástima”. Fue padre de 9 hijos, y vio dolorosamente morir a dos de ellos, uno a los 9 años y otro hace un par de años. También perdió a Edith (o a Perla como le decían muchos de sus amigos), su mujer de toda la vida, pese a lo cual se mantuvo en pie. Los golpes en su vida fueron varios y dolorosos, pero nunca emitió una queja, su sufrimiento era silencioso.

El General duro del Ejército, que fue responsable de comandar al III Cuerpo del Ejército en las épocas más difíciles quizás de la Argentina reciente, tenía autoridad e imponía respeto, pero también se ganó el afecto y la admiración de todos sus subalternos, por su valor y por la convicción con los que hasta sus últimos días, defendió el accionar de las Fuerzas Armadas en la lucha contra la subversión marxista como él denominaba siempre.

Hace muy pocos meses, en una conversación que tuve con él, hablábamos sobre la posibilidad del diálogo y la reconciliación, ya no tenía el vozarrón de antes, pero si la misma firmeza. Me contestó: “hijita mire, yo no estoy dispuesto a dialogar con nadie, son comunistas ¿me entiende? CO – MU – NIS – TAS, repitió. Salvo que venga Firmenich, sólo de Comandante a Comandante estoy dispuesto a dialogar”, aseveró…Me quedé mirando….ese era el General Luciano Benjamín Menéndez y esa frase lo pintó de cuerpo entero, cuando estaba cerca de cumplir sus 90 años.

27 años preso, a nadie le importó que el General ya tuviese una perpetua, fueron, dos, tres….trece. 13 cadenas perpetuas!!!!, realmente no lo puedo entender. Me pregunto, ¿quién costea esos juicios interminables de meses enteros?, Pienso que si la pena máxima que puede tener una persona es la cadena perpetua, cuál es el sentido de volverle a aplicar una y otra vez una pena similar?. Menéndez era un anciano, porque podía tener el coraje y la fortaleza de una persona joven, pero cargaba sobre sus espaldas ya más de 80 años y cada día se sentaba horas y horas, inmutable, a escuchar acusaciones de todo tipo, que jamás lo amilanaron. EL ERA UN PRESO POLÍTICO DE LA ARGENTINA Y ASÍ LO ENTENDIÓ HACIÉNDOSE CARGO DE TODO EL ACCIONAR DE SU TROPA. ORGULLOSO DE HABER SIDO UN ESLABÓN IMPORTANTE EN LA GUERRA CONTRA EL COMUNISMO, CONVENCIDO DE HABER CUMPLIDO CON SU DEBER, SEGURO DE QUE ENCONTRARÍA ALGÚN DÍA LA PAZ Y EL DESCANSO ETERNO.

General Menéndez, ha muerto usted hoy, y créame que una pena me embargó esta mañana. Quiero entrañablemente a su único hermano, el Coronel José María Menéndez, y a Yethel Valladares, su cuñada incondicional, una amiga del alma. He sentido una gran bronca al escuchar a algunos periodistas o ver publicaciones en las que, más de 40 años después, se sigue sembrando odio y usando adjetivos horribles, con los que jamás escuché calificar a asesinos que también fueron parte de esa guerra cruel entre argentinos o a los corruptos que aprovecharon el Estado argentino para hacerse millonarios. Sentí también una gran pena al darme cuenta que realmente esa paz de la que hablábamos con usted, y con la que soñamos los argentinos, está dolorosamente lejos.

General Menéndez… estoy segura que dentro de unos años, en los libros de Historia, usted ha de figurar como una persona emblemática, como uno de los Comandantes más fuertes de la Argentina reciente y que será parte importante de la historia argentina. Como todos los grandes héroes, tendrá sus adeptos y sus detractores, pero nadie podrá negarle reconocimiento ni desconocer su accionar dentro de las FFAA durante la época más triste de los argentinos, en pleno gobierno democrático de María Estela Martínez de Perón. Los grandes héroes de la Patria, General Menéndez, han muerto en su mayoría en soledad, en el destierro, en la pobreza… los argentinos no aprendemos, mi General, pero gracias a Dios la historia, se encargó de reivindicarlos.

27 años privado de su libertad, sin una sola queja, sin un pedido a la Justicia, sin un solo reclamo, con la frente en alto, con el temple de un soldado, asistiendo a cada audiencia con su traje impecable, con su escarapela en el pecho, con su sobretodo oscuro, con su bastón en los últimos años… aun cuando estaba enfermo, aun cuando su salud se deterioraba, porque siempre, hasta el final, sintió que la responsabilidad era suya y quiso proteger a su tropa y sobre todas las cosas, sintió que cumplía con su deber.

Murió usted en el día de la Bandera… ALTA EN EL CIELO, UN ÁGUILA GUERRERA, AUDAZ SE ELEVA, EN VUELO TRIUNFAL….

Ha muerto con las botas puestas, con sus convicciones intactas, con la hidalguía de los grandes, dejando profundas huellas. Quiera Dios que la Justicia divina haya llegado ya para usted y que esté gozando de la libertad que tantos años esperó.

General de División Luciano Benjamín Menéndez, descanse usted en paz.

viernes, 2 de marzo de 2018

"MUCHOS SE VAN A PONER FELICES CON MI MUERTE"

Un pendeperiodista, atrevido e irrespetuoso como todos los zurdos, tuvo el honor de sentarse junto al General con la excusa de "hacerle un reportaje" mientras se ponía en escena una de las tantas parodias judiciales que debió padecer este hombre noble e íntegro a quien cariñosamente apodaban "el cachorro". Para los terroristas y sus familiares era "el chacal" o " la hiena de La Perla" porque fue uno de los hombres que se pusieron al frente en la lucha contra la subversión criminal que se desataba en nuestra Patria hace 40 años atrás.

El General soportando las infamias en un pseudo juicio en Córdoba.


Vamos al libelo en cuestión:




"Entre los acusados hubo una mujer: Mirta Graciela Antón, alias la Cuca, imputada en 211 delitos: 73 privaciones ilegítimas de la libertad agravadas por el hecho de ser policía, 76 imposiciones de tormentos agravadas, 56 homicidios calificados, dos imposiciones de tormentos seguidos de muerte, una tentativa de homicidio calificado y tres abusos deshonestos agravados.

El 5 de agosto de 2014 entrevisté a Antón en ese pasillo sórdido. Ni bien entré vi a algunos hombres dormidos, roncando. Uno babeaba, cabeceando de sueño. Otro fumaba a escondidas de los dos policías que custodiaban.

El lugar tenía la atmósfera de un geriátrico, pero con una carga incluso más siniestra: la espera inútil, el silencio incómodo, el aburrimiento".


Mirta Graciela Antón, prisionera política

"El sol daba de lleno en el pasillo, y las ventanas permanecían cerradas, de modo que, aunque era invierno, el clima era asfixiante. En esas horas agobiantes que pasé en ese lugar había una puerta cerrada. De vez en cuando algún represor o abogado golpeaba para entrar. Le pregunté a Antón quién estaba ahí adentro.

- El General.

–¿Quién?

- ¡El General Luciano Benjamín Menéndez! Viene siempre. Pobrecito, está en una sala porque anda mal de salud. Le toman la presión, le dan agua. Está aparte.

- ¿No habla con ustedes?

- Sí, es un encanto. Un ca-ba-lle-ro. Vení que te lo voy a presentar (dice inocentemente la prisionera política creyendo que el cagatintas rojo valoraría dicho encuentro)


Una señora rubia y robusta pariente uno de los prisioneros dice:

- El general es el único prócer que nos queda. Es nuestro San Martín.

Menéndez sonrió, pero su sonrisa parecía un gesto de dolor.

- Sé que voy a morir en la trinchera, como murió Videla. No lo extraño, porque los viejos nos endurecemos. Este país se parece a Venezuela y a Cuba. A eso nos llevaron los marxistas. Hay que reconocer que los peronistas son hábiles. Se odian, se matan, se humillan, pero tienen la destreza de unirse y ganar siempre. No me gustan Scioli ni Massa ni Macri. Pero si tengo que elegir, me quedo con Macri. Los tres son flojitos, pero al menos Macri no es peronista. Pero dije demasiado, ya no doy entrevistas. Estoy con mis memorias, pero no me dan tiempo a terminarlas.

Antón lo ayudó a sentarse, le ofreció un vaso de agua y lo abrazó. Antes de irme, Menéndez me dio la mano y me dijo:

- Gracias, m'hijo, por la visita." (Lo saludó el General engañado por este lobo con piel de oveja que sólo se acercó a él para escribir su panfleto difamatorio y cargado de ideología "políticamente correcta").

Finaliza su repugnante "escrito" diciendo:



"Volví de Córdoba con una carga pesada. De hecho al día siguiente de mi última visita al "corral de los Dinosaurios(1)" me desmayé. "¿Le pasó algo estos días?", me preguntó el médico. Le dije que estaba estresado.

Durante unos días me reproché haberle dado la mano a uno de los hombres más perversos de la historia argentina. Había entrevistado a los peores asesinos más emblemáticos, desde Carlos Eduardo Robledo Puch a Arquímedes Rafael Puccio, pero en la mirada de Menéndez parecía condensarse todo el horror del mundo".


(1): Denominación que dan los zurdos al lugar donde mantienen cautivos a los ancianos prisioneros políticos.

jueves, 1 de marzo de 2018

miércoles, 28 de febrero de 2018

martes, 27 de febrero de 2018

FINALMENTE LO ASESINARON: GRAL. MENÉNDEZ Q.E.P.D.


La pena de muerte existe en Argentina.

El día de hoy a las 11:20 horas partió a la casa del Padre el ex Titular del Tercer Cuerpo del Ejército, General Luciano Benjamín Menéndez, quien falleció a los 90 años en el Hospital Militar de Córdoba donde se encontraba internado desde el 7 de febrero.

El médico Teniente Coronel Alejandro Richeta informó: “El paciente estaba internado desde hace 12 días. Tenía una patología cardiológica. Pero lo último fue un tumor en vías biliares. Se lo estudió y se vio que tenía metástasis vertebrales, pulmonares y hepáticas”.

La izquierda inmunda está feliz, festejan porque finalmente asesinaron al “multicondenado genocida represor” que tanto odiaban.

General Luciano Benjamín Menéndez 
QUE EN PAZ DESCANSE


jueves, 15 de febrero de 2018

EL GENERAL MENÉNDEZ FUE INTERNADO Y SU ESTADO DE SALUD ES DELICADO

El ex Comandante del Tercer Cuerpo de Ejército sufre una afección cardíaca. La izquierda disfrazada de "derechos humanos" le impuso un total de 13 condenas a prisión perpetua por haber luchado con heroísmo contra los enemigos apátridas.

El anciano General Luciano Benjamín Menéndez se encuentra internado desde el 7 de febrero en el Hospital Militar de Córdoba por un cuadro cardíaco agravado por su avanzada edad (90 años).

Menéndez, quien ha sido injustamente privado de su libertad, según la horda roja "goza del beneficio de la prisión domiciliaria", y pese a llevar 90 años a cuestas y estar aquejado por múltiples enfermedades, está siendo sometido en estos días a una nueva  parodia de juicio por el tribunal federal n°1 en lo que llaman "causas Vergez y González Navarro".

Según informaron, el ex Comandante del Tercer Cuerpo del Ejército presenta un estado delicado de salud, y es sometido a una serie de estudios para establecer el diagnóstico.

El próximo 19 de junio, el anciano General Menéndez cumplirá 91 años. Y para fin de año, estaría en condiciones de pedir la libertad condicional, luego de contabilizar 20 años de prisión.